22 de Abril de 2025, Buenos Aires, Argentina
Hoy tenemos el privilegio de conversar con Astrid, una artista emergente cuya música resuena con una honestidad emocional que captura el alma. Su EP debut, Quiero Gritar, es un viaje introspectivo que combina synth pop, tintes rockeros y una vulnerabilidad cruda, inspirada en experiencias personales tan universales como el dolor familiar y la búsqueda de autenticidad. Desde sus inicios escribiendo canciones a los 12 años, pasando por su formación en un grupo de alabanza cristiana, hasta su vida como ingeniera electrónica biomédica, Astrid ha forjado un camino único que refleja disciplina, resiliencia y una pasión inquebrantable por la música. En esta entrevista, exploraremos las historias detrás de Quiero Gritar, su evolución creativa, los desafíos de ser una mujer en la industria musical y sus sueños para el futuro, donde aspira a llenar venues con canciones que hablen desde el corazón y apuesten por la autenticidad sonora. ¡Acompáñanos a descubrir la voz de una artista que no teme gritar su verdad!
Por Tina Sollosky
Astrid, “Quiero Gritar” tiene una carga emocional muy intensa. ¿Qué te inspiró a compartir una experiencia tan personal a través de este EP (no es una canción, es un EP)?
Conectar con las personas que han callado el dolor que viene desde el núcleo familiar. Habemos muchas personas a las que nuestros padres nos rompieron el corazón por situaciones que pasaron en casa, pongo el ejemplo de muchos amigos míos, que sus papás están separados, y han cargado por años con esa herida porque así les enseñaron, a callar.
Comenzaste a escribir canciones a los 12 años. ¿Cómo describirías la evolución de tu proceso creativo desde entonces hasta ahora?
Definitivamente ya no es igual, uno crece y también crece el talento de escribir. Solía escribir solo de lo que sentía y situaciones que me pasaban a mí, pero ahora que soy mayor y escucho historias de otras personas, presto atención a lo que pasa a mi alrededor, me es muy fácil poder transformar eso que no me está ocurriendo directamente a mí en una canción.
La música fue tu refugio en momentos difíciles, ¿qué papel jugó en tu vida crecer en un entorno cristiano y formar parte de un grupo de alabanza?
Es lo que más agradezco de todo este viaje, en el grupo de alabanza entendí que tocar un instrumento o cantar iba más allá de solo hacerlo por amor al arte, se trataba de disciplina, cuando se trata de cantarle “al todo poderoso”, tienes que dar lo mejor si o si.
La relación con tu papá marcó tus primeras composiciones. ¿Cómo influyó esa experiencia en el tipo de historias y emociones que exploras en tus canciones?
Esa primer experiencia de corazón roto que viví con mi papá ayudó a soltarme y poder plasmar las historias que cuento en mis canciones tal y como son, tal y como las siento, y al final de eso se trata música, poder transmitir y sentir, no callarse nada.
En 2013, tus padres decidieron que debías estudiar otra carrera antes de dedicarte a la música. Ahora que eres ingeniería electrónica biomédica, ¿qué has aprendido de esa etapa que hoy aplicas en tu vida como artista?
Tener un trabajo como ingeniera me ha enseñado a ser organizada, responsable y clara con mis objetivos, y eso mismo lo aplico como artista, no se trata de hacer y/o sacar canciones porque sí, o al menos yo no lo veo así. Si el plan es poder vivir de esto, entonces debe haber una planeación completa para llegar a ese objetivo.
¿Qué te motivó a retomar la música en este momento de tu vida y convertirla finalmente en tu prioridad? Jamás me iba a perdonar no hacer realidad mi proyecto musical, odio ser esa persona que se queda con el “qué hubiera pasado si…?”
Creo que lo más difícil en esta industria es ser mujer, hay muchas personas allá afuera que quieren aprovecharse de ello.
Tu proyecto promete explorar varias facetas del pop en español. ¿Qué elementos nuevos o inesperados crees que puedes aportar al género?
El pop muchas veces prioriza la simplicidad, y hablando específicamente de mis letras, no son así, yo hablo desde una vulnerabilidad real que mezcla el lado poético con letras fáciles de digerir. Y hablando del sonidos, quiero recuperar el pop donde usábamos instrumentos reales, guitarras, batería, teclado, etc. Y mezclarlo con el sonido actual que está lleno de sintetizadores. Justo la canción de Galaxia que es el track 1 del EP mezcla guitarras con sintetizadores, baterías con beats, etc. Y otra cosa que caracteriza muchísimo mis canciones, es el uso de panderos, creo que esto lo traigo desde que fui parte de la alabanza de la iglesia cristiana jaja, el pandero jamás podía faltar.
Como artista emergente, ¿cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado al dar este salto a la industria musical?
Creo que lo más difícil en esta industria es ser mujer, hay muchas personas allá afuera que quieren aprovecharse de ello.
“Quiero Gritar” es un EP profundamente introspectivo con sonidos de synth pop y tintes rockeros. ¿Qué podemos esperar de las próximas canciones que lanzarás? ¿Seguirán esta línea emocional o explorarás otras temáticas?
La línea emocional sin duda será la misma, y en cuanto al sonido, todo puede cambiar, lo único certero es que seguiré usando instrumentos reales en todas mis canciones.
La honestidad emocional es un rasgo clave en tu música. ¿Cómo manejas la vulnerabilidad que implica compartir aspectos tan íntimos de tu vida con el público?
Si fue muy difícil al principio siendo alguien que se suele guardar todo. Sin embargo, reconocí que necesitaba ayuda y fue gracias a mis múltiples idas a terapia que aprendí que no estaba bien reprimir lo que sentía. Si gritar te hace sentir mejor, está bien hacerlo. Por eso mi EP se llama “Quiero Gritar”.
Por último, ¿qué sueños o metas tienes para tu carrera musical en los próximos años? ¿Cómo te gustaría que el público recuerde tu música?
Mi sueño es poder llenar un venue y que todos coreen mis canciones, no pido más. Y quiero que musicalmente me recuerden por la sinceridad en mis letras y a nivel sonoro como quien decidió apostar a lo real y no a lo digital.