SOMOS HUESOS: EL ECO DE LA DUDA EN EL ALMA DE MARIANO POLITIS - Indie Emergente

Indie

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24 de Mayo de 2025, Buenos Aires, Argentina

SOMOS HUESOS: EL ECO DE LA DUDA EN EL ALMA DE MARIANO POLITIS

Fotografía por: Ivan Wigor

Un viaje sonoro que abraza la incertidumbre y la transforma en arte.

 ​Por Tina Sollosky

En un mundo que exige respuestas inmediatas, Mariano Politis, desde su rincón en la Capital Federal de Buenos Aires, se atreve a habitar las preguntas. Su último álbum, Somos Huesos, lanzado el 23 de mayo de 2025, no es solo un disco: es una invitación a perderse en los pliegues de la existencia, donde la melancolía se encuentra con la intensidad y la introspección se convierte en un acto de resistencia. Con un pie en el indie rock y otro en el synth pop, Politis teje un tapiz sonoro que resuena como un latido, frágil pero persistente, en el corazón de quien escucha.

Somos Huesos es un crisol donde las influencias de Politis —Radiohead, CharlyBjörk, Tame Impala, Spinetta y The Beatles— se funden en un sonido que es a la vez íntimo y cósmico. Los arreglos, cargados de texturas atmosféricas, evocan los paisajes sonoros de OK Computer o Amnesiac, pero con un ADN argentino que recuerda la poética cruda de Spinetta y la efervescencia melódica de García. Los sintetizadores pulsantes y las guitarras etéreas se entrelazan con una precisión casi quirúrgica, creando momentos de catarsis que estallan tras largos crescendos melancólicos. Es un disco que no teme ser vulnerable, pero tampoco rehúye la potencia, como si Politis hubiera destilado la tensión entre lo frágil y lo expansivo en cada compás.

Un diálogo entre el cuerpo y la mente, entre lo que somos y lo que deseamos ser.

El alma de Somos Huesos radica en su narrativa: una exploración de la incertidumbre, la pérdida y el anhelo de comprenderse a uno mismo. Politis describe el disco como un recorrido por “la duda como forma de vida”, y cada canción parece ser un paso en ese camino sinuoso. Las letras, poéticas y cargadas de imágenes, no ofrecen consuelo fácil; en cambio, invitan a abrazar la fragilidad de los vínculos, los proyectos y la propia existencia. “Vivimos sumidos en preguntas”, escribe Politis, y su música refleja esa búsqueda: un diálogo entre el cuerpo y la mente, entre lo que somos y lo que deseamos ser. Los paisajes sonoros del álbum, desde sus momentos más introspectivos hasta sus explosiones emocionales, son un espejo de esa lucha interna, un recordatorio de que las respuestas no siempre están en el destino, sino en el acto de caminar.

Es el mejor momento para sumergirse en Somos Huesos que ahora, cuando el mundo parece tambalearse entre certezas frágiles y verdades efímeras. Mariano ha creado un disco que no solo se escucha, sino que se siente en los huesos, en los espacios donde la duda y el deseo se encuentran. Es una obra que pide ser explorada con los auriculares puestos, en una noche quieta, dejando que sus capas sonoras y sus preguntas abiertas se filtren en el alma. Somos Huesos no es solo un álbum; es un refugio para quienes se atreven a preguntarse, a perderse y, quizás, a encontrarse en el proceso.